Mi experiencia: Viaje de estudios a Inglaterra

Lo prometido es deuda, y aquí está: por fin, el mega-súper-post de mi viaje a Inglaterra, en el que pretendo contaros todo, todo, todo. Espero que os guste.

No me veo en diez años siendo profesora de inglés. Lo siento, pero no es lo que me apasiona. Pero sí es cierto que con dieciséis años (sí, dieciséis), una wishlist de libros, maquillaje, etc; y cierta ambición, una empieza a pensar en maneras de ganar cierto dinero extra, porque señores, a mí me mantienen mis padres (benditos sean), y todo en esta vida no se puede tener. Aunque esto no viene de ahora, sino de hace dos años cuando me dio por dar clases de inglés por un módico precio que muy poca gente se negaba a pagar. Y mis "alumnos" aprobaban, oye.

Lo de que tengo cierta facilidad con los idiomas no es nada nuevo, es algo que todos saben desde que soy bastante pequeña. Algunos saben dibujar. Otros son auténticos genios de las matemáticas. A mí me encanta charlar, hablo por los codos, y si es en más de un idioma, pues mejor.

Este año, celebrando que me graduaba (y que esperaba hacerlo con muy buenas notas, cosa que se ha cumplido), mis padres decidieron que era hora de volar del nido si yo quería: me iban a mandar si yo quería tres semanas a Inglaterra, para perfeccionar mi inglés. Yo realmente lo que quería era que se me pegara el acento británico, para que mentirnos, que ver series en V.O hace mucho daño y luego no hay quien te quite el american accent.

Así que allí iba yo, demasiado segura de mí misma, un 19 de junio a las 10 de la mañana, con una maleta de 13 kilos y pico y una mochila del Primark rumbo a Inglaterra. Si bien no era la primera vez que salía de España, sí era la primera vez que lo hacía sola. Y la idea no me asustaba: ya tenía asumido lo mucho que iba a llorar la primera noche (porque sí, la primera noche se llora MUCHÍSIMO. Y la segunda también), pero ya está. Sabía que no iba a tener problemas a la hora de entenderme porque yo era la primera que sabía qué nivel de inglés tenía en ese momento, y como ya he dicho, iba demasiado segura de mí misma, teniendo en cuenta que siempre he sido una persona que no ha dependido nunca de nadie excepto de su madre. Sí, yo era un niña de mamá. Puede que lo siga siendo.

Después de toda esta parrafada, querréis saber de qué se trató mi viaje: pues bien, yo, al contrario que la mayoría de personas de mi grupo (todos españoles), iba allí a aprender. Porque sí, queridas y queridos lectores, he conocido a mucha gente que no sabía ni a lo que iba. Pero creo que este tema lo dejaré para otro post, que mi viaje ha dado para muchos xD

Como ya he dicho, mi viaje consistió en tres semanas en Inglaterra, en concreto en un pueblecito de la costa llamado Bournemouth. Me hospedé con una familia de acogida y durante las dos primeras semanas estuve sola, hasta que la última semana llegaron dos estudiantes alemanas con las que apenas tuve contacto.

Mi día a día: me levantaba a las 6:50 para coger el autobús a las 7:50 (los autobuses allí son bastante puntuales, y además cada 10 - 20 minutos pasa un autobús). A las 8:45 comenzaban las clases: teníamos dos horas (con un descanso de 5 minutos entre ellas) de inglés y una última hora todos los días en la que hacíamos trabajos en grupo sobre cosas relacionadas con el Patrimonio de la Humanidad (esta última era mi preferida). De lunes a jueves, después de las clases, teníamos unas dos horas de tiempo libre para comer y demás, y luego, hasta las 17:30, teníamos actividades. Después nos marchábamos a casa con nuestras familias, y si había alguna actividad nocturna, podías decidir si ir o quedarte en casa. Los viernes y fines de semana hacíamos actividades más especiales, como excursiones o fiestas.

Las clases: yo estaba en el grupo Advanced, y nuestro profesor, Murray, era the cane of Spain. Vale ya está, necesitaba decirlo. Lo cierto es que las clases me gustaban mucho, pero seamos sinceros: eran ya principios de julio, en España todos mis amigos estaban de vacaciones, y yo me levantaba a las siete menos diez para ir a clase. Acabé un poco harta, pero aprendí bastante.

La familia: no pude tener más suerte con mi familia, de verdad. Estuve viviendo tres semanas con Sandrah, sus tres hijos y su novio, y ella me trató como una hija más. Creo que es, sin duda, lo mejor que me llevo de esta experiencia.

Ni de broma está todo dicho, pero me gustaría hacer otros posts mucho más detallados acerca del pueblo, de las excursiones que hicimos y demás. Si tenéis alguna pregunta o algo que os gustaría saber, por favor, dejádmelo en los comentarios, ya que así tendré más material para el resto de entradas.

Nos vemos muy pronto, gracias por leerme.

Chin~